Aventuras en la Cocina Divertida

A Leo le encantaba ayudar a mamá en la cocina. Hoy iban a hacer ¡galletas! "Mamá, ¿podemos hacer galletas de formas?", preguntó Leo emocionado. "¡Claro que sí, mi pequeño chef!", sonrió mamá.

Se pusieron sus delantales. El de Leo tenía un dibujo de un osito cocinero. Mamá sacó la harina, los huevos, el azúcar y la mantequilla. Leo ayudó a echar la harina en un bol grande. ¡Parecía nieve! Luego rompió un huevo (con un poquito de ayuda de mamá). ¡Splash!

Mezclaron todo con una cuchara de madera. "¡Qué masa tan pegajosa!", dijo Leo riendo. Cuando la masa estuvo lista, mamá la extendió sobre la mesa con un rodillo. Sacaron los moldes: una estrella, un corazón, un osito y ¡un dinosaurio!

Leo apretó fuerte los moldes sobre la masa. "¡Mira mamá, un dinosaurio de galleta!" Pusieron todas las galletas en una bandeja y mamá las metió en el horno. Mientras esperaban, el olor delicioso llenó toda la casa. ¡Mmmm!

Cuando las galletas estuvieron listas y un poco frías, ¡llegó la parte más divertida! Decorarlas. Usaron chocolate derretido y chispitas de colores. La estrella de Leo tuvo muchas chispitas azules y el dinosaurio, ojos de chocolate.

Al final, se sentaron a probar sus obras de arte. "¡Esta galleta de estrella es la más rica del mundo!", dijo Leo con la boca llena. Mamá le dio un beso. "Es porque la hiciste con mucho amor, mi chef." La cocina, ese día, no solo fue un lugar para cocinar, sino un lugar para crear, reír y compartir momentos dulces.

Fin.