
El Poder del Disfraz de Superhéroe
Martín era un niño muy imaginativo, pero también muy tímido. Le encantaba dibujar y cantar, pero le daba mucha vergüenza hacerlo delante de otros. Un día, su mamá le hizo un disfraz de superhéroe para el carnaval: una capa azul brillante, un antifaz y un emblema con una "S" de "Súper Martín".
Cuando se lo puso, Martín se sintió diferente. Se miró al espejo. ¡Parecía valiente! ¡Parecía fuerte! Esa semana, en la escuela, anunciaron un "Festival de Talentos". Martín quería cantar una canción que había inventado, pero el miedo lo paralizaba.
Recordó su disfraz. Esa tarde, en casa, se lo puso. Con la capa ondeando, cantó su canción en su habitación. ¡Sonaba genial! El disfraz parecía darle un poder especial: ¡el poder de la confianza!
Decidió que se presentaría al festival, ¡pero como Súper Martín! El día del festival, estaba nervioso, pero al ponerse el antifaz y la capa, sintió cómo la timidez se hacía más pequeña. Subió al escenario. Las luces lo cegaron un momento. Respiró hondo. ¡Él era Súper Martín!
Cantó su canción con todas sus fuerzas. Su voz, al principio temblorosa, se volvió firme y alegre. Cuando terminó, hubo un gran aplauso. ¡Todos sus compañeros y maestros lo felicitaban! Martín se quitó el antifaz, sonriendo.
Descubrió que el verdadero poder no estaba en la capa o el antifaz, sino dentro de él. El disfraz solo lo había ayudado a encontrarlo. A partir de ese día, Martín siguió siendo un poco tímido a veces, pero sabía que dentro de él vivía un Súper Martín capaz de hacer cosas increíbles.

